Es ese inusitado despertar. Es Stephen quién me viene a buscar. Ícaro, Íiiicaaaroooo.
¡Ay que derretimiento de alas que puede sobrevenir! ¡Hay que cine dos por uno del papelillo!
There, there, pequeñita de espaldita teñida. Hagamos tooodos el viaje hasta allá. Red Slippers and all. ¡Mirá! Si te hacen juego con la médula después de todo. Esaaaa, siii. Wiii.
¡Ojo que me tientan las literaturas vagas, eh! Con sus dientes de oro fulgurantes. Que me ayudan a morder. Y muedo, muerdo, muerdo, engullo y casi que me empacho. Pero ahí, justo ahí viene otra vez Dedalus, el gran inventor, y me lo muestra de a pedacitos. Y voy poniendo, casi como jugando, las piezas en el mejor lugar. Porque veo, veo ¿que vés? Que no es sólo uno el lugar, sino que hay un mejor lugar en la paleta. "Vida" no no no no, no es un vocativo. Seeexxx seeexxx on the rocks, mmm mmm mmm "¡ay, mi amor! ¿Pero que te pasó? ¿Cómo podría explicarte"... Qué mentón brillante, que nacarado jugo de luna, que eruptivo tu volcán. Pero prefiero ir como Manfredi.
Casi casi como que me olvido... chuc, evA, Cenicienta, Lady Borderland.
Si se copan me caigo de la silla.
A ver... a ver... ¿que se siente malcriar?