Okey, yo reconozco...

... que mido 1,59 -no 1,60 como le digo a todo aquel que pregunte-.
... que el sushi taaanto no me gusta.
... que me gustan algunas cosas de Julieta Venegas (la canción con Marisa Monte la rompe, ahí le doy de lleno al ilike ilke)
... que le daría más que un beso a Guillermo Martínez.
... que me copié en un examen de Historia Inglesa 1.
... que tengo debilidad por los hombres con gafas grandes y los bateristas.
... que no sé maquillarme.
... que sí, me gustó el último disco de Babasónicos.
... que a veces le hablo a Etienne.
... que soy una maricona sin remedio.

De Conchudismos y Babas


Si, ese mismo señorito que nos conquistó con su extraña cadencia espigada, con sus cuidadosamente elegidos outfits para su figura estilizada, con el acento tan típicamente inglés, con esa canción que nos llenaba de empatía esperada, con esos aires de niño burgués devenido a gente común (¿o era al revés? ¿o nunca estuvo ahí?), con esa voz tan suavemente deslizante en nuestros oídos - y en nuestras bragas, señoritas -, ese señor que se mudó de Sheffield - ciudad de universidades y comercios- , a París - cuya descripción no hace falta que agregue-, ese señor que nos empujó hacia la vereda de enfrente de Balcarce al 400, con entradas de 400 pesos, nos canta acerca de los conchudos que hacen al mundo girar. De los conchudos que manejan dinero, de los conchudos que se creen más.
Y no le compramos el disco, lo bajamos de la Interneccc, y no lo tomamos demasiado en serio en su queja pseudo-socialista, y le tomamos aún más cariño por tan naïve intento de sentirse rebelde, y lo apoyamos en esa misma frase que hace que sigamos babeándonos por él y por su talento y por su voz y por so-called-honesty...

I never said I was deep, but I am profoundly shallow

Entonces volvemos a las babas típicas jarviscockerianas, volvemos a disfrutar de su showmanship, volvemos a cantar, volvemos a descontextualizar y traerlo a nuestro mundo, y volvemos a adorarlo. Nos sentimos tranquilos (¡ay, este idioma madre mío que hace diferencias de género!), (¿) tranquilas (?) y nos dejamos embeber en su música líquida, hermosa, bella, y hay aún más babas. Babas serias - las de la genialidad artística- y babas pornógraficas - las de los wet dreams-.

¡Ven! ¡Oh, ven! Jarvis a mí!

Cut & paste

Collageando soy buena, pero debo reconcer que ellos lo hacen mejor... mmm bastante mejor.


Y también en tinta china digital con gatos famosos entre los adolescentes, está ella.

No manejo programas de diseño ni de ilustración. Ella si.


Y esta otra dibuja unas nenas parecidas a mí, siempredespeinadas las llamo yo.

¿Jugamos?

Good morning, Baltimooore! Everyday is like an open door, every night is a fantasy, every sound is like a symphony...

Así se levanta Tracy Turbland, heroína de mi musical favorito, Hairspray (mmm... lo de favorito es relativo, si tenemos en cuenta que sólo me gustan otros dos musicales: The Wizard of Oz y The Sound of Music y ya sabemos porqué esos entán entre mis gustos gustines gustazos - una nena que delira y baila y una señorita completa y absolutamente despistada que no sabe que hacer con su vida hasta que - ¡oh, caramba! - encuentra el amor salvador con siete críos. ¡UPALALÁ! Acabo de darme cuanta que fué lo que suplió a la Disneyfantasía del amor y bla bla bla... en mi filmografía). Tracy es otra cosa. Por suerte. Y quizás por eso está ahí. Y la versión original de la pelicula es de John Waters, ejem ejem cof cof (que dicho sea de paso es el flasher en la remake).

Todo aquello no ha sido más que una gran digresión - en el medio me puse a escuchar la banda de sonido, salí disparada de la silla a bailar, casi casi que pongo el devedé, pero ahí justo ahí me acordé que tooodo esto tenía que ver con el juego al que me invitó UNA - es que además de juego venían unas flores hermosas y me puse de buen humor, y ya me había levantado de buen humor y bla bla bla... (¡Lillí y digresión un sólo corazón!).

La idea es: agarrás el libro que tenés más cerca y transcribís la quinta frase de la página 161. Sin hacer trampa ahí vá:

Pinchilla: f. Cba. Miembro viril (Casero, Alfredo "Hay uno que se toca mucho; tiene una pinchilla que parece un pucho")

de Puto el que Lee. Diccionario Argentino de Insultos, Injurias e Improperios.
Barcelona. Una solución Europea para el problema de los Argentinos.