A veces me pregunto si realmente el mundo es tan diminuto
que no podemos salir de esta constante expansión
de estos edificios que se agolpan, de altas torres,
de piletas climatizadas y salones de usos múltiples,
de lugares específicos para asolearse, de terrazas amenazantes,
de cocheras-raíces, de ginmasios-cuevas.
Crece y crece y se expande y deja una estela de polvo marrón y gris
Y me pregunto si alguna vez podremos salir de aquí.
La abrumadora vida en la expansión, eterna expansión.
Los centros comerciales se levantan como hileras de montañas
alineadas prolijamente, una tras otra, una tras otra.
Y ya no logro ver el final, esto parece no tener final.
¡Quiero mi oscuridad! ¡Que alguien apague esa luz artificial!