I keep picturing all these little kids playing some game in a big field of rye and all. ... Thousands of kids, and nobody big at all, nobody big but me. And I'm standing on the edge of this crazy cliff. What I have to do, I have to come and catch them. If they start to fall ... and don't look where they're going. That's all I'd do all day. I'd just be the catcher in the rye and all.
Holden Caulfield. Holden Caulfield. Holden Caulfield.
Amo leer. Leo y leo y a veces leo un poco más.
Pero Holden tiene mi corazón. Siempre lo tuvo.
Cuando era chica madre no me leía cuentos.
Una vez un novio mío me contó como una de las pocas cosas que lo ataban aún a su padre
eran los recuerdos de las lecturas de Horacio Quiroga y sus Cuentos de la Selva.
Madre sólo atinaba a decir: "Había una vez...truz"
Madre es una genia.
La adolescencia trae turbulencia. Y a mi los mareos me llegaron tarde.
Asi que me enamoré por primera vez, cuando me enamoré de él.
Y lo amé, lo amé, lo amé.
Amé su reticencia a salir, amé su vocabulario desfachatado, amé su profunda y adorable ingenuidad. Esas ganas de evadirlo todo y a la vez ser amado con tanta simpleza que dá temor.
Podría sacarle cada una de sus palabras y ponérmelas en la boca.
Esta noche voy a soñar que Jerome David está acá, al ladito mío, y es mi amigo, y nos queremos mucho y sabe cuan enamorada estoy de Holden y escribe un cuento en el que Holden se enamora de mi.
