Auscultación




Mi cabeza gira y no para. Como si alguien la hubiese puesto en loop y fuese imposible apagarla. Es un dolor físico, real. Como si me hubiesen extirpado un órgano y con mis propias manos voy socavando los tejidos, viscosos, nauseabundos. Todos mentimos, todos somos egoístas. Pero creo fervientemente en que todo se transforma, todo vuelve. A mi me llegó el dolor, que se instala para cobrar cada una de las almas que supe comerme cuando los cadáveres aún estaban tibios.




Heartless

Coma emocional total.

The Big Band Theory




Cuando uno implota
su propio ser vuelve
sobre si mismo.
Esta introexplosión
hace que desparramemos
minúsculas partes
de nuestro invisible ser real
hacia las entrañas 
que nos conforman.
Los impactos de esas
partículas suelen 
causar inmesurables
- o no tanto, pero casi- 
desconfiguraciones del si.
El dolor, proviene del hecho
de que los autoproyectiles
son, justamente, fragmentos 
de nuestra propia entropía.
¿Qué puede causar más dolor
-no por su naturaleza intrínseca,
sino por la familiaridad 
con que nos van perforando 
al entrar en las capas-
que esos lozanos autoimpactos?
Yazgo aquí, bombardeada
por mi propia complexión.